domingo, enero 17, 2010

Un día de trabajo en la compañía

Publicado originalmente el 4 de octubre de 2009 aquí.

Ya tengo la solución. ¿Cuál es, mi gordito? Le ponemos un dos por ciento de impuesto generalizado al consumo. ¿Medicinas y alimentos también? También. ¿Y si se enojan? N´ombre, ni lo van a sentir. Oye, pero les decimos que es para ayudar a los pobrecitos. Sí, eso eso. Y yo te ayudo, voy a aceptar públicamente la realidad de la compañía, que en dos años seis millones de trabajadores se sumaron a la condición de pobreza alimentaria, teníamos 14, ahora son 20 millones los que no tienen ni para comer. Así todos van a querer ayudar a los pobrecitos. ¡Qué inteligente eres!

Oye ¿pero si le ponemos impuesto a todo, esos que están en pobreza alimentaria, a qué tipo de pobreza pasarán cuando de verdad no puedan comer absolutamente nada? Ay tú siempre de exagerado mi Felpa, si nomás es un dos por cientito, si ellos compran un aceite de 30 pesos, pues les va a costar 30.60, ni es nada. Y quién no puede pagar 60 centavos más, ¿verdad? ¡Hellooo!

Fíjate bien, éstos que no tienen ni dónde caerse muertos ganan en promedio unos 850 pesos al mes. ¿Al mes? Al mes. ¿Aquí en la compañía? Aquí en la compañía, pero les vamos a decir que el dinero recaudado es para que esos pobrecitos tengan comida, que es para ayudarlos a ellos nada más. Pero nosotros sabemos que si fuera así sería dinero echado a la basura, que lo vamos a usar en infraestructura. Exacto, pero no les digas eso, es que la mayoría no entiende que los pobres no generan ciclos económicos eficientes.

Entonces así le hacemos. Y si los que no tienen para comer se empiezan a morir de hambre, pues le echamos la culpa a “la peor crisis que haya enfrentado la compañía en la historia”. Y así matamos muchos pájaros de un tiro, mantenemos la mano de obra barata, llega más inversión, poca gente puede estudiar y despoblamos un poco nuestra amada empresa. -En ese momento entra el jefe de la compañía-. A ver gordito, a ver Felpa, pónganse a trabajar, ya los escuché que están diciendo puras pendejadas.


Cartón de Fisgón: El gordo y el flaco, publicado el 1 de octubre de 2009 en La Jornada.

“Pinche gobierno ratero”

Publicado originalmente el 19 de septiembre de 2009 aquí.

Este gobierno te mata de hambre, pensó Luis Felipe Hernández. Eran poco después de las cinco de la tarde del viernes pasado. Otro día perdido, otro día sin nada para rescatar. Caminaba por los pasillos del Metro sin saber con exactitud hacia dónde ir. Esperaba la llegada del convoy y, como lo había planeado, quería externar su situación. “Pinche gobierno ratero”, rayó con plumón negro en la pared pálida del andén de la estación Balderas con dirección a Indios Verdes.

Víctor Manuel Miranda lo vio. En su faceta de policía, intentó detenerlo. Pero Luis Felipe estaba harto, de todo, de los empleadores que no lo emplean, del gobierno, de la autoridad, de la indiferencia del mundo que en sus 38 años de vida no ha descubierto sus talentos. Sacó su revolver calibre .38 y le disparó una vez a Víctor, éste le gritó que qué le pasaba, le pidió que se tranquilizara. Me tranquilizo verga, pensó Luis Felipe. Y le disparó otra vez, sin saber que la última imagen de su perseguido sería un triste intento de huida. Luis Felipe mató a Víctor Manuel.

¿Qué pasa? ¡¿Qué pasa?! Esteban Cervantes Barrera(*), un albañil que venía de trabajar y al que todavía le sobraba fuerza y valor para resolver su mundo inmediato, al ver el homicidio salió del vagón del Metro en que viajaba e intentó, siete veces, desarmar a Luis Felipe. Peleó como un león, pero no lo consiguió, hasta su suéter lo traicionó, le movió el piso. Se jugó sus siete vidas y ahí las perdió todas. De valientes están llenos los panteones, dicen los abuelos.

Cargando dos almas, Luis Felipe se metió al vagón del Metro. Mientras recargaba su pistola le decía a los demás pasajeros que no les haría nada, que era en nombre de dios, que el gobierno te mata de hambre y que rezaran. La semana pasada fueron Josmar y dios, ahora Luis Felipe y dios… ese dios se está convirtiendo en un criminal recurrente, y lo peor es que pocos saben dónde encontrarlo.

Pareciera que en años anteriores llegamos al límite de nuestro humanismo y hoy la teoría darwiniana va en retroceso: de animales a humanos, de humanos a animales.

Ahora los locos de alto impacto social están surgiendo una vez por semana. Ya lo dijo Roger Bartra, preocupan más los efectos sociales de la crisis financiera que la crisis misma. Pero nuestro sensibilísimo secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, sale a decir que con dos personas no se puede medir a un pueblo, lo cual es cierto, pero no está contando a los mil 647 individuos que han asesinado este año sólo en Ciudad Juárez, ni a las otras miles de muertes violentas que han ocurrido en todo el país desde que el gobierno corporativo tomó posesión. Insensible es poco. Tenemos un secretario de Gobierno vulgar que no sabe ni dónde vive, no es capaz de sentir a su sociedad.

El sociólogo Jürgen Habermas, a inicios de este mes, dijo que son los grupos más vulnerables los que están pagando la debacle del sistema y, por ende, son los más duramente afectados, lo cual es una “ignominiosa injusticia social”. De ahí viene el malestar de la sociedad, de ahí viene que a algunos sólo les quede buscar a un dios con ansias de vengarse de esas estructuras que no ofrecen ni oportunidad ni bienestar. Y en la televisión te bombardean con propaganda política esquizofrénica que se inventa un mundo que no existe.

Locos siempre ha habido, de hecho, todos lo hemos sido en más de una ocasión, pero de pronto surgen más y más criminales que producen efectos sociales severos. ¿A qué se debe? ¿Qué estamos haciendo para que esto sea así? ¿Qué debemos hacer para que sea diferente?

Al parecer las revueltas sociales se han transformado. Ya no es el grupo de personas reprimidas que se organiza y consigue armas para luchar contra un ente específico. Ahora las revoluciones son individuales y rápidas. También son efímeras, no llevan a ningún lado y se lucha contra quién sabe qué. De haber tenido otras condiciones de vida ¿Luis Felipe habría matado a Víctor y a Esteban? Probablemente no. ¿Entonces qué se necesita? ¿Otra revolución? No lo sé… no lo sé. Pero no me puedo quitar de la cabeza la conexión de los asesinatos de Luis Felipe con la pinta que originó el problema: pinche gobierno ratero.


Foto de AFP. Luis Felipe Hernández Castillo, afuera del Metro Balderas al ser arrestado.
*Nombre corregido el 19.09.2009. Escrito originalmente como Esteban Robles Barrera

La enseñanza del loco

Publicado originalmente el 10 de septiembre de 2009 aquí.

¡Oye! ¿No sabes donde hay una bolsita? No. ¡Ah! Aquí hay una. Y la infló. Pero se le sale el aire. Sí mira, de aquí de la orilla se siente que tiene un hoyito. ¿Le puedes poner un poco de cinta de esa que traes en la mano? Me pidió y accedí. Yo no sabía. Aquella fue la primera y única vez que ayudé, involuntariamente, a un niño de 18 años a chemearse con pintura de acrílico. Yo pensé que lo de la bolsita era necesario para la decoración que estábamos haciendo. Ingenuo. Al niño se le veía en los ojos cómo su vida de arquitecto o abogado se le escapaba.

Recuerdo el asunto porque a un autodenominado ex drogadicto y ex alcohólico, de nombre José Mar Flores Pereyra, se le ocurrió secuestrar un avión el día nueve del mes nueve del noveno año del segundo siglo, según la cuenta a la que la mayoría obedecemos. El señor dice que Dios le habla. Que Cristo vendrá pronto. Que México es tierra sagrada. Y que él era el comisionado para evitar un terremoto catastrófico que sucedería en el país.

Dejando de lado la extraña coincidencia de que el hecho se da justo al día siguiente de que el gobierno federal anunciara alzas considerables a varios impuestos, a México entero le da por burlarse de un hombre que se robó la atención de todo el país con dos latas de jugo rellenas de tierra y "lucecitas". El evento, como tal, tiene su gracia, pero si sumo al muchacho de la bolsita, a “Josmar” y a los millones de adictos a drogas duras que tiene el mundo, me resultan muchos posibles secuestros de avión en el futuro, lo cual me quita la sonrisa.

Luego de su primera visita a México, Salvador Dalí ya nunca quiso regresar al país porque no concebía estar en un lugar más surreal que sus pinturas. Y es que aquí las enseñanzas vienen en forma de locura. Desde el cantante redentor que le sirve de simulacro terrorista a la Policía Federal, hasta el niño de 18 años que me enseñó que nunca hay que taparle los hoyos a las bolsas de plástico.


Foto Marco Ugarte / AP. Equipo especial de la Policía Federal tomando el avión que secuestró José Mar Flores.

El kilómetro 32

Publicado originalmente el 24 de agosto de 2009 aquí.


Se sentía bien, “iba muy relajado, contento”. Hasta que llegó al kilómetro 32. Ahí todo cambió. Se derrumbó. Según sus propias palabras, le dio un “ataque de hambre”.

Juan Gualberto Vargas es uno de los tres maratonistas mexicanos que participaron en el Campeonato Mundial de Atletismo de Berlín el sábado pasado. “Iba sonriendo, disfrutando el evento, y no esperaba que me diera ese ataque de hambre”, dijo el atleta.

Curiosamente, no sólo Juan Gualberto tiene hambre. Dos días antes el INEGI ya nos había anunciado que, en la loca carrera que es la economía, los indicadores financieros de México también pasan por el kilómetro 32 y están sufriendo el peor ataque de hambre en 30 años: 10.3 por ciento se desplomó la economía del país en el segundo trimestre de este año, lo que lo pone como el segundo país más afectado por la crisis mundial -sólo después de Rusia-. El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) asegura que es la peor recesión en México desde 1929. En otras palabras, el país se está cayendo de hambre. Échenle un pan, dirían los aficionados al futbol.

Mientras eso pasa, la Cámara de Diputados les garantiza a "nuestros" nuevos legisladores un salario mensual de 205 mil pesos –casi 7 mil pesos diarios, lo cual estaría bien si en México ya no hubiera gente muriendo de pobreza alimentaria-, además claro de recibir seguro médico privado, gasolina gratis, viajes en avión y por carretera gratis, todo pagado con dinero público. ¿Acaso no debería ser al revés? Las excepciones para quienes de verdad no pueden y ellos que paguen lo que se debe pagar con su dinero. El mundo del revés.

No sólo es Juan Gualberto el que tiene hambre, es el país entero. Pero que sigan, que sigan nuestros políticos viviendo en la inconciencia mientras Juan Gualberto y México completo tienen un ataque de hambre en el kilómetro 32. Hambre de justicia, hambre alimentaria, hambre de instituciones dignas, hambre de todo. Somos un país famélico. Esperemos llegar pronto al kilómetro 33.


Foto del Banco Mundial publicada en el artículo Violence and crime in Mexico at the crossroads of misgovernance, poverty and inequality.

Gran victoria

Publicado originalmente el 13 de agosto de 2009 aquí.

Hacía mucho que lo merecían. Todo parecía estar en su contra pero lo lograron. Por fin. El estrés de días, meses, años incluso, se evaporó y esos mexicanos lograron un poco de justicia: el día de ayer la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió liberar a 20 indígenas implicados en la matanza de Acteal.

El 22 de diciembre de 1997, en Acteal -Chenalhó, Chiapas-, 45 indígenas tzotziles fueron asesinados, entre ellos 18 niños y 22 mujeres. Después, con efectividad y rapidez inusitada, la Procuraduría General de la República (PGR) del sexenio de Ernesto Zedillo concluyó que fue un enfrentamiento entre grupos locales, por lo que encarceló a varias decenas de individuos del mismo grupo étnico, entre ellos a las veinte personas que hoy, luego de once años, salieron del penal El Amate a las tres de la mañana.

"Para nada debe entenderse que son inocentes", aclararon los ministros de la máxima instancia judicial del país, la decisión está fundamentada en que la PGR obtuvo de forma ilegal las evidencias para aprisionarlos y que varios de los testimonios fueron fabricados, además de que a la mayoría de los sentenciados se les juzgó en español y sin un traductor oficial que les explicara las acusaciones en tzotzil.

Del otro lado, Antonio Arias y Mariano Luna -sobrevivientes del ataque- afirmaron que la SCJN está cometiendo un error al liberar a estas 20 personas porque ellos los identifican plenamente como autores materiales de la matanza. Pero el mayor pendiente es encarcelar a los autores intelectuales, porque todo indica que la matanza se decidió en las oficinas del gobierno federal de Zedillo.

Quizá quienes hoy han sido liberados sean culpables, algunos o todos, pero nuestro Poder Judicial está aceptando de forma oficial lo que ya todos sabemos: que la PGR y en general todas las instancias jurídicas del país pasan las leyes por alto y son capaces de sembrar evidencias e inventar testimonios. El éxito radica en que, a partir de aquí, nuestro aletargado sistema judicial puede sufrir un cambio para erradicar estas prácticas incriminatorias basadas en artilugios. Sin duda una gran victoria para la justicia mexicana.


Foto: Los funerales de las víctimas de Acteal. Tomada de pwrdf.org.

El peatón

Publicado originalmente el 23 de julio de 2009 aquí.

Uno de los poemas que escribió Jaime Sabines lleva por título El peatón, en él señalaba con humildad que prefería ser considerado un peatón cualquiera que un poeta. “En la calle nadie, y en la casa menos, nadie se da cuenta de que es un poeta”. Quizá prefería esa clasificación porque él era chiapaneco, en la ciudad de México los peatones tampoco existen. La capital mexicana no está hecha para personas, sino para unos seres inanimados que nos han conquistado y se hacen llamar “automóviles”.

En la poesía que hace la vida real, en México, se escribe segundo a segundo que el peatón debe apenarse por hacer que un carro se detenga, se dan las gracias en repetidas ocasiones cuando sucede ese milagro y hasta se dan pasitos cortos y rápidos para dejarle ver al amable conductor que se está inmensamente agradecido y no se desean causar más molestias. De no producirse este ritual el personaje que maneja el carro puede espetar un cálido “¡Si quieres pásate hincadooo!”.

Casi no existen los semáforos para viandantes y, donde los hay, tampoco existen. Es una de esas paradojas propias de la poesía más cruda y agresiva. Jaime Sabines fue quizá el más grande poeta que haya dado México, pero la poesía que sigue haciendo ya muerto me intriga: ¿Si en el Distrito Federal no existen los peatones, para esta ciudad Jaime Sabines jamás existió? Espero que no sea el caso.

De cualquier modo tengo confianza en que un buen día los que caminan dejarán de ser objetos ornamentales del ambiente urbano y serán considerados personas. “Eso es, dice Jaime, no soy un poeta, soy un peatón”, y esta vez me quedo echado en la cama, con una alegría dulce y tranquila.


Foto de Ricardo Carreón. Peatones cruzando la Avenida Reforma en la ciudad de México. Tomada de Flickr.

Mi amiga China

Publicado originalmento el 9 de julio de 2009 aquí.

“No, créeme, mi ciudad está muy cerca del Tíbet y yo te puedo decir que los tibetanos son gente muy violenta”, me dijo mi amiga china. “¿Segura? Porque en todo el mundo se tiene la percepción de que el agresivo es el gobierno chino”, la cuestioné sin sacarla de su primera posición.

“Lo que pasa es que les lavan el cerebro, el gobierno chino bloquea páginas de Internet, canales de televisión y todo tipo de mensajes que pudieran dañar la imagen de china”, me comenta otra amiga asiática. Pero no les importa qué se diga afuera, lo que les preocupa es cómo perciben los chinos a China, no más.

Y adentro, los más de dos millones de soldados chinos reprimen manifestaciones, no con toletes que dejan la piel morada por unos días, sino con bayonetas que dividen a una persona en dos. Lo acaban de hacer con la minoría Uighur matando cientos de personas, y lo harán otra vez sin dudarlo y sin dejo de remordimiento posterior. Y su gente, al estilo terrorífico de los Estados Unidos, cree firmemente que su gobierno actúa para defenderlos. ¿Qué pasará cuando China sea más poderosa que Estados Unidos y esté en posición de invadir tantos países como les plazca?

“¿Y estás consciente de que China será el próximo imperio del mundo?”, le pregunto a mi amiga china. Sí, responde. “Bueno, pues sólo espero que no sean peor que los Estados Unidos”. Y mi amiga china sonrió, sin decir palabra.



Foto de DPA. Una mujer uighur protesta por el arresto de su esposo y otros cerca de mil 400 hombres pertenecientes a la misma minoría étnica.

No ha llegado el día

Publicado originalmente el 18 de junio de 2009 aquí.

El hombre, de casi 60 años de edad, toda su vida ha sido una persona responsable en términos políticos. En todas y cada una de las elecciones que le han concernido ha ido a votar por uno o por otro; siempre, con la esperanza de que algún día llegaría al gobierno gente honesta y comprometida con la sociedad.

Esta vez también voy a votar, me platica mi amigo. Pero voy a anular mi voto, con una cruz que atraviese de lado a lado la boleta electoral para que vean los desgraciados, sigue diciendo entusiasmado. Me detalla que ya ni en la autoridad electoral confía. Que todos son unos idiotas.

Habría que preguntarle a los políticos mexicanos cuál es su estrategia para ser tan impopulares. La gente por lo general trabaja para mejorar su situación, cualquiera que ésta sea, pero la clase política en México es hábil para hacerse odiar, les sale natural. Es más, si lo planearan no les saldría tan bien.

Muchos critican el voto en blanco, dicen que es irresponsable y hasta cobarde –algún interés personal tendrán quienes no respetan las decisiones de los demás-, pero la verdad es que cualquier gobierno que le quita la esperanza a la gente merece la ilegitimidad. A poco más de dos semanas de las elecciones, sí, que se vayan todos. Sí, que se vote en blanco. ¿Por qué? Porque no ha llegado el día en que los políticos mexicanos comiencen a trabajar por la gente.



Foto de Reuters. "Marcha blanca" contra la violencia en México realizada el 30 de agosto de 2008, el Zócalo del Distrito Federal en la imagen.

De quién y de qué se habrían enamorado

Publicado originalmente el 6 de junio de 2009 aquí.

Eran las tres de la tarde del último viernes, quizá los 176 niños que estaban en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, tomaban la siesta después del mediodía. En una bodega contigua un carro explotó. El fuego, buscando oxígeno para sobrevivir, llenó el lugar y siguió hacia la estancia infantil.

Los niños tenían entre uno y cinco años de edad. Llegaron bomberos y asistencia médica, pero no fue suficiente. El fuego bloqueó la entrada a la guardería y los bomberos derribaron paredes, sacaron a 145 niños con vida, los otros 31 murieron por asfixia en medio del resplandor.

Y aquí va nuestro Lobohombo infantil. El Presidente de México dice que le manda sus condolencias a los deudos, sería mejor que mandara una revisión seria a todas las guarderías del país. ¿Cómo un espacio con niños encerrados en cunas -que aunque entendieran la situación no podrían escapar- no tiene sistemas de emergencia en caso de incendio? Algunos aspersores en los techos habrían sido de gran ayuda, o al menos habría dado más tiempo para salvar a más niños.

¿Acaso son necesarias las desgracias para comenzar a actuar con sentido común? No lo creo. Cómo se le devuelve la felicidad a los padres. Para qué se usarán los baberos que se quedan sin dueño en la casa de las familias afectadas. A quién habrían hecho sonreír esos niños en caso de haber vivido más tiempo, de quién y de qué se habrían enamorado.



Foto de Martín Vallejo/Crítica. Afuera de la guardería ABC en Hermosillo el viernes pasado.

El escritor

Publicado originalmente el 28 de mayo de 2009 aquí.

Son dos personas en una. Mario Vargas Llosa no sólo escribe novelas, hace de la suya una también. Que "Venezuela podría convertirse en la segunda Cuba de América Latina", fue a decir en sentido despectivo a Caracas el escritor peruano. Y se le critica fuerte, la izquierda latinoamericana lo apabulla por la ofensa implícita que llevan sus palabras, tanto para el pueblo cubano como para el venezolano.

Para mí existen dos versiones de Vargas Llosa. La primera, capaz de entretenerme por días con sus historias y, la otra, aquel desconocido que perdió la contienda por la Presidencia peruana en 1990, lo cual parece haberle generado un trauma político-social.

Muchas veces se ha dicho que Vargas Llosa el político arruina a Vargas Llosa el escritor. Coincido en que varios de sus conceptos para llegar a una Latinoamérica ideal –una derecha autoritaria sin espacio para la diversidad ideológica, con políticas económicas del Estados Unidos del siglo pasado, sin indígenas- se basan en el desconocimiento de la realidad social latinoamericana. Pero si se le mira de lejos, ese Vargas Llosa pequeño, el político infantil, está cubierto por un Vargas Llosa más grande, coherente, cauto y, sobre todo, que sabe escribir.

Y si de alguna forma el Vargas Llosa político ha inspirado al Vargas Llosa escritor, adelante, que siga diciendo sinsentidos. Si esa mente a veces retorcida es la que produce semejantes libros, pues que siga loco por siempre, yo me seguiré quedando con el escritor.



Foto tomada del blog Historias Fugaces. Mario Vargas Llosa.

El jinete

Publicado originalmente el 21 de mayo de 2009 aquí.


Carlos Salinas de Gortari
Parte 2 de 3

“Bienvenidos a la escuela de los rateros”, nos dijo aquel maestro de secundaria. La recepción me sorprendió pero no me tocó. El profesor aclaró. “Sí saben, ¿no? Que aquí estudiaron Luis Echeverría, José López Portillo y el actual presidente, Carlos Salinas”. A los recién ingresados a la Secundaria pública número 3, "Héroes de Chapultepec", el breve monólogo nos provocó una risa que sólo le da a la gente que no sabe de semántica.

Ser un héroe de Chapultepec tenía diversas ventajas y desventajas en comparación con los estudiantes de otras escuelas sostenidas con recursos públicos en México. Teníamos un taller de computación -en 1994 eso era un milagro-, con regularidad nos acarreaban a ceremonias donde alguien señalaba el momento ideal para aplaudirle al Presidente del país y, más que nada, recuerdo que teníamos un gimnasio de usos múltiples techado que se asemejaba a los de las series de televisión estadounidenses, construido gracias a la gestión de Salinas en el poder.

Y es que al ex Presidente le gusta el deporte, la competencia. Carlos Salinas montaba caballos con maestría. En 1971, a los 23 años de edad, ganó una de las once medallas de plata que obtuvo la delegación mexicana en los Juegos Panamericanos de Cali, Colombia. Tenía un caballo al que bautizó como El Agualeguas en honor al pueblo ubicado en Nuevo León, lugar en el que nació su padre y a donde le gustaba irse a descansar. Todavía le gustan los refugios, sentirse inalcanzable, por eso vive en Londres.

En una ocasión, poco antes de dejar la Presidencia, Carlos Salinas pagó nuestras obligadas idas a apoyarlo y fue él quien nos visitó en la Secundaria 3. Iba a inaugurar nuestro gimnasio agringado. Al pelón -así nos referíamos al Presidente los estudiantes- yo lo vi llegar e irse desde una de las vallas humanas que organizaron para recibirlo. Sonreía y saludaba, pero sobre todo, caminaba rápido, como si estuviera en una carrera permanente.

Conozco mis aciertos, pero, más que eso, conozco mis errores, dijo el ex Presidente en una entrevista el año pasado. El hombre parece haber perdido la puerta grande, aun después de haberla tenido en la mano, pero no está dispuesto a utilizar la salida de atrás.

Durante sus primeros 46 años, Carlos Salinas ganó más medallas de oro que de plata, eso es seguro, montaba como pocos en México, pero la vida cobra, y desde hace muchos años que dejó de cabalgar como solía hacerlo, ya no salta los muros altos, hace mucho que se cayó del caballo.



Foto del periódico El Siglo de Torreón. Los Salinas, los jinetes. Raúl Salinas padre al centro, Carlos Salinas a su izquierda y Raúl Salinas a su derecha.

Manuela y el héroe

Publicado originalmente el 18 de mayo de 2009 aquí.


Carlos Salinas de Gortari
Parte 1 de 3

Era 1951. Manuela llegó junto con el Día de Muertos, a principios de noviembre. Era una niña, tenía apenas 12 años de edad, pero ya trabajaba. Entre la cocinera, María Torres Garrido, y la patrona, Margarita de Gortari de Salinas, le explicaron las labores que debía realizar en la casa ubicada en Palenque número 425 de la colonia Narvarte, en la ciudad de México. Había que barrer, trapear, sacudir y, en general, ayudar en lo que se ofreciera.

Mes y medio después, por la mañana del lunes 17 de diciembre, Manuela vio llegar a la casa a Gustavo Zapata, un niño de ocho años que iba a jugar con los hijos de la señora Margarita, Carlos y Raúl, de tres y cinco años de edad respectivamente. Voy a salir a hacer unas compras, le dijo la dueña del hogar a sus sirvientes. Ahí les encargo a los niños.

Mientras María se alistaba para preparar la comida y Manuela limpiaba la casa, los niños anfitriones y el invitado se escabullían al cuarto de la señora Margarita y su esposo, Raúl Salinas Lozano. Carlos y Raúl encontraron en el armario el rifle calibre 22 de su padre. Se emocionaron y lo tomaron para jugar a los balazos.

Una hora después, al mediodía, Manuela estaba barriendo, no se dio cuenta de que el niño menor, el de tres años, le apuntaba a la frente con el arma. La bala le entró justo por abajo del ojo izquierdo, por el pómulo. El proyectil se guardó en la cabeza de Manuela para siempre. ¡¿Qué hicieron?! preguntó María a los niños al ver la escoba ensangrentada junto al cuerpo inmóvil de la niña: ¡Ya matamos a Manuela! Respondieron Carlos, Raúl y Gustavo con alegría.

La señora Margarita regresó a casa, se encontró un borlote. Policías y curiosos por todos lados. Manuela está muerta, le informaron. Todos al Ministerio Público. Niños, madre y cocinera rindieron declaración. Mientras el cuerpo de Manuela se enfriaba, mientras sus uñas empezaban a extrañar el tono rosado que da la circulación de la sangre, un investigador le preguntó al niño de tres años qué había pasado: “yo la maté de un balazo, soy un héroe”, respondió Carlos Salinas de Gortari. Estábamos jugando al “fusilamiento”, detalló.

Desde el 18 de diciembre de 1951 Carlos Salinas es noticia de ocho columnas. El periódico Excelsior publicó el hecho con el titular “Jugando a la Guerra Tres Niñitos Fusilaron a una Sirvienta”. Al final, la investigación resolvió que no hubo culpables, que Carlos, Raúl y Gustavo no sabían lo que hacían, que no alcanzaban a distinguir entre el bien y el mal.

37 años más tarde, aquel niño, el héroe sin noción de la maldad, se convertiría en Presidente de México. De Manuela ni el apellido se supo.



Foto del periódico Excelsior publicada en primera plana el 18 de diciembre de 1951, luego de que Carlos Salinas de Gortari matara a Manuela. Carlos a la izquierda y su hermano Raúl al centro.

No generalizo

Publicado originalmente el 14 de mayo de 2009 aquí.

"No generalices", me mandaron decir con la computadora algunos lectores del artículo Quizá nos lo merecemos... De acuerdo. Generalizar siempre es un negocio riesgoso, no se puede profundizar sobre una realidad social con argumentos atribuibles sólo a ciertos sectores, numerosos, sí, pero no alcanzan a toda la sociedad mexicana. Me disculpo por ello, aunque debo decir también que, al mismo tiempo, generalizar ayuda a observar un problema desde lejos, luego viene el desglose de los detalles. Como en la medicina, la producción de medicamentos se hace de forma general porque hay patrones de conducta celular predominantes, muy a pesar de la relativa individualidad de cada ser humano, ya después a cada quien se le receta lo que necesita.

Pero tienen razón, esta vez no generalizo y me concentro en un enunciado incluido en el mismo artículo: "Generamos personas que están en la política para hacerse millonarios, no para servir al país". Hace tres meses se difundió una grabación en la que Luis Téllez -nuestro ingenuo ex secretario de Comunicaciones y Transportes y ahora presidente de la Bolsa Mexicana de Valores- declaraba con la mano en la cintura que Carlos Salinas de Gortari se había robado la mitad de lo que llaman "la partida secreta", es decir, se guardó para sí millones de pesos que se ponen a disposición del Presidente de México para gastos políticos. Además del habitante de Los Pinos en turno, se supone que nadie debe saber a dónde va a parar ese dinero extraído de los impuestos que aportan los mexicanos.

A Luis Téllez lo corrieron del gobierno federal por esa y otras declaraciones, pero esta semana Miguel de la Madrid, presidente del país de 1982 a 1988, confirmó que Carlos Salinas sí se robó parte del dinero secreto más conocido del mundo. "Me siento muy decepcionado, me equivoqué (al elegir a Salinas como sucesor). Pero pues en aquel entonces no tenía yo elementos de juicio sobre la moralidad de los Salinas", le dijo a Carmen Aristegui, a quien de paso le corroboró la conexión de Raúl Salinas con narcotraficantes.

Carlos Salinas se defendió con una carta -para no equivocarse- utilizando una excusa de abogado leguleyo: asegura que Miguel de la Madrid está enfermo, loco pues. De la Madrid sí se escucha con limitaciones físicas, como si estuviera cerca del final de la carretera, pero también se le oye lúcido. Sigue las preguntas de Aristegui sin problema y cuando le parece necesario argumentar lo hace con claridad. Si su mente no da para más, como sugiere Salinas, ¿por qué el discurso no se le va por otro lado y responde que “El Pelón” era un boxeador muy malo o que los Salinas de Gortari eran una compañía circense interesantísima? Que tampoco estaría mintiendo, claro está.

La declaración de Miguel de la Madrid -aun cuando después haya firmado una carta donde aparentemente se retracta- debería ser suficiente para, por lo menos, iniciar una investigación seria sobre los bienes y los ingresos de Carlos Salinas y su pariente conocido como "el hermano 10 por ciento". Y de comprobarse los dichos de De la Madrid, se debe encerrar a los Salinas en alguna cárcel de alta seguridad y obligarlos a devolver lo que se hayan llevado, porque no les pertenecería a ellos, sino a los habitantes de México.

Un amigo me comentó que hace unos meses tuvo la oportunidad -¿o la desgracia?- de cenar codo a codo con Carlos Salinas. ¿Y qué te pareció? Es muy inteligente, pero más que eso, es un manipulador, me respondió. No lo dudo ni un segundo. El político mexicano es ventajoso e inmoral. Y no es que generalice, me refiero a un solo tipo de político mexicano, el cual parece tener la capacidad de habitar en las cabezas de la mayoría de nuestros gobernantes. El mismo tipo de político que es Carlos Salinas de Gortari, que deseaba dirigir México no para servir al país, sino para hacerse millonario.



Foto de Fabrizio León Diez/La Jornada. Carlos Salinas de Gortari dando la espalda.

Quizá nos lo merecemos...

Publicado originalmente el 7 de mayo de 2009 aquí.


Que tenga carro, si no, no. Con que esté buena, aunque esté pendeja. El peatón vale cinco puntos, el ciclista atropellado, diez. ¿Y tienes palancas? No. Uy, ya te chingaste. ¡Doctor por favor atiéndame, ya se me rompió la fuente! No señora, en este hospital no puede parir si no está asegurada. ¿Ya fuiste a París? Sí. ¿Y a Oaxaca? ¡Ay no! No me gusta ver gente pobre.

Sí, quizá nos lo merecemos. Que el mundo nos aísle. A todos. A toda la sociedad mexicana. No por una gripa contagiosa, sino por los desvalores que transmitimos. Somos un país que prefiere gastar en armas que en educación. Los científicos, los productores de conocimiento, son expulsados con descaro: ni espacios ni presupuesto para desarrollar ideas. A éstos se les aprovecha en todos lados, menos en México. No importa que la gente sea muy buena en lo que hace, se le bloquea, se le mete el pie. Ese es el contrato social.

Somos una sociedad capaz de producir gente que corta orejas, dedos y cabezas humanas. Generamos personas que están en la política para hacerse millonarios, no para servir al país. Todos somos responsables. Los que no tienen odian a los que sí, los que tienen desprecian a los que no. Nadie está satisfecho. Tienen que llegar terremotos o fenómenos naturales desastrosos para unirnos. Pero pasada la crisis, a chingar a su madre todos los demás, decimos.

En general estamos contentos con medios de comunicación que reproducen estereotipos inexistentes. Algunos de nuestros adolescentes son "Rebeldes", los demás quieren serlo. En el mundo hay por lo menos 442 deportes, de ellos, en México 441 están secuestrados por la televisión.

Cuando el mexicano sale al extranjero enaltece la riqueza histórica y cultural de los aztecas, mayas y hasta totonacas, y estando en el país los indígenas son unos nacos, unos naquitos en el mejor de los casos. Lo importado es exquisito, es lo máximo, lo mexicano es para paladares vulgares, barriobajeros.

No lo sé, quizá nos lo merecemos. Yo amo lo positivo del entorno donde nací y me formé, que también es mucho, pero cualquier sociedad que soporta hospitales donde la embarazada –derramando líquido amniótico– es rechazada por no tener seguro médico, es una sociedad inhumana, funesta.

Somos un país donde lo único que vale es el dinero, nada más. Y no importa cómo lo hayas hecho, si lo robaste o lo trabajaste, da igual, me caes bien si me invitas unas chelas. Si tienes una cuenta bancaria con muchos ceros a la derecha no vas a la cárcel aunque seas un asesino. Y si, por el contrario, los ceros están a la izquierda, te encierran años por un Gansito y un Boing que te llevaste sin pagar para engañar a las células que piden proteínas. Producimos riqueza suficiente para los 109 millones de mexicanos, pero sólo el 6 por ciento la acumula, un 44 por ciento es esclavizado de por vida y el 50 por ciento restante, que se joda.

Estoy de acuerdo. Que el mundo nos aísle para que no los contagiemos. Y que nos descubra otra vez dentro de varios decenios. Ojalá que para entonces seamos una mejor sociedad. Quizá lo merecemos…


Ambigüedades…
El artículo El virus de la malicia señala quiénes están utilizando el tema de la cepa AH1N1 para sacar provecho económico y restárselo a México, no más.
Foto tomada de Internet. La barrera que construye el gobierno estadounidense en la frontera con México.

Por Válek Rendón

El virus de la malicia

Publicado originalmente el 2 de mayo de 2009 aquí.

No dudo de la existencia de virus mutantes. Pero tampoco creo en las coincidencias, nunca lo he hecho. Hay un afán en los Estados Unidos –país con los medios de comunicación más influyentes del mundo– por crear aversión a lo mexicano. Primero nos culpan por su severo problema de adicción a las drogas; luego cierran la frontera a los camiones mexicanos; después llaman a no visitar México por la violencia; luego ensalzan a un narco mexicano, no una, dos veces en las revistas más leídas por los empresarios gringos, Forbes y Time; desde hace años que fomentan el odio racial contra los mexicanos al señalarnos como una amenaza para su seguridad nacional; y ahora algunos vivales descabezados aprovechan el tema de la influenza humana para pedir el cierre total de la frontera con México –por ejemplo, Jay Severin, locutor de radio en Boston, quien fue suspendido luego de acusar a los mexicanos inmigrantes en Estados Unidos como portadores de influenza humana–.

Para empezar este virus no se originó en nuestro país. Desde septiembre del 2008 la CDC –autoridad para el control y prevención de enfermedades en Estados Unidos- reportó que en diciembre del 2005 se dio un caso de lo que entonces llamaron “influenza porcina”. Y no fue en ningún estado mexicano, fue en Wisconsin, EU. Aquí el link. Partiendo desde ese punto ¿Por qué asegurar que fue en México donde se originó la epidemia? El problema pudo haber comenzado a expandirse desde entonces, la misma CDC lo admitió ya. Visto así ¿Por qué señalan sólo a México en los medios?

Ya con cifras más claras podemos situarnos en la realidad. En México, cada año mueren 14 mil personas a causa de infecciones respiratorias agudas, en el 2008 murieron 30 personas por influenza –la normal–, y hasta ahora se han confirmado 16 muertos por influenza humana en el último mes, según reportes de la Secretaría de Salud. La actual emergencia sanitaria es de cuidado, pero las técnicas gubernamentales al estilo de la revista Alarma en nada ayudan. Las acciones a tomarse, siendo éste un virus reciente, deben guiar al país a la independencia sanitaria, lo cual se alcanzará desarrollando nuestras propias vacunas.

Bajo ninguna circunstancia debe asumirse que el sistema de salud en México es eficiente, falta muchísimo por hacer en ese sentido, pero es importante también analizar otros aspectos de la situación que vive hoy el país, como es la campaña mediática en contra de México. Todo acto de comunicación es un acto de persuasión. ¿A quién y en qué forma puede beneficiar que se genere aversión a lo mexicano? Respondamos esto y encontraremos algunas señales.

Para contextualizar, los Estados Unidos viven hoy su peor crisis económica desde hace siete décadas y el 85 por ciento de las exportaciones mexicanas van a parar a ese país. México le vende a los gringos productos con valor de 580 millones de dólares cada día –alrededor de 8 mil millones de pesos diarios, al tipo de cambio actual–. Por tanto, una de las principales favorecidas con el paro de las fábricas mexicanas sería la economía interna estadounidense porque, en medio de su profunda recesión, si disminuyen las importaciones mexicanas se les presenta una oportunidad para reactivar varios de sus sectores productivos. El vacío que dejan los productos mexicanos demandados por la sociedad estadounidense puede incentivar la apertura de negocios y generar empleos al norte del río Bravo. Un sillón cómodo para disminuir su crisis. Detener una semana el intercambio comercial de México hacia Estados Unidos se traduce en 4 mil millones de dólares que en lugar de ir a parar a cuentas bancarias mexicanas se quedan en suelo estadounidense.

Recordemos que quienes se dedican a la macroeconomía no leen personas, leen números. Cruel. Pero así es. Pregúntenle a Agustín Carstens y a Guillermo Ortiz.

En turismo. México estima que el 80 por ciento de los 22 millones de paseantes internacionales que fueron al país el año pasado son gringos. Al gobierno estadounidense no le funcionaron sus llamados a "evitar" suelo mexicano por la violencia. “Entonces asegúrales que si van a México se van a morir”. Y ahora sí. No quieren ir ni con vuelo regalado. Y algunos turistas de ese país en lugar de gastar su dinero en Cancún, Puerto Vallarta o Los Cabos, lo harán en alguna playa de Florida o California.

Incluso, los Estados Unidos se ven beneficiados en cuestión de imagen, importantísima a la hora de hacer negocios. Ellos provocaron la actual crisis económica mundial y esto les sirve para desviar la atención. “Culpen al de al lado por algo más grave que puede acabar con la humanidad”.

No es que México sea el centro del mundo económico, pero de acuerdo con el estudio BRIMC, realizado por Goldman Sachs –una de las corredurías con más peso en el mundo–, la actual secuencia de factores socioeconómicos llevaría a Brasil, Rusia, India, México y China a convertirse en las economías más poderosas y dominantes del mundo para el año 2050, junto con Estados Unidos. La economía mexicana estará, según ese análisis, por encima de Alemania, Francia, Japón, Italia y mucho más cerca de la economía estadounidense de lo que está hoy. Lo cual a las actuales potencias no les conviene: más poder para otros países es igual a una menor capacidad de acción para ellos.

A China le achacan el virus del SARS. A los dragones asiáticos la influenza aviar. A México ahora la influenza humana o porcina o A/H1N1 o como le quieran decir -otro síntoma de desinformación, en un futuro la gente que no sepa pensará que en México hubo tres virus mortales-. A Brasil lo asocian con el VIH, algunos medios lo han llegado a comparar con África, la región más afectada por esta cepa. A Rusia y a la India todavía no los atacan por temas de salud, pero ya vendrá su correspondiente campaña mediática.

Este virus existe, de eso no hay duda, pero resulta curioso que la mayoría de los casos de influenza humana reportados en otros países son de personas que visitaron Cancún, cuando en todo Quintana Roo sólo se ha confirmado a una persona con influenza humana. O las autoridades mexicanas esconden más víctimas, o los países “amigos” se están sacando de la manga a enfermos de gripa y los presentan como portadores de la nueva cepa.

Al desprestigio de México en el mundo hay que agregarle la incapacidad de los servicios de salud mexicanos, que están contribuyendo como si jugaran con el equipo de enfrente. Primero reportaron 162 muertes relacionadas con influenza humana, generando pánico por el rápido crecimiento de las cifras, y ahora resulta que, hasta hoy, son 16 los fallecidos a causa de ese virus.

Piensa mal y acertarás, dice la sabiduría contemporánea mexicana. En México muchos creen que en los países más industrializados es imposible que haya malicia. Ni entienden los albures, dicen algunos riéndose. Pero si se trata de no perder dinero, los grupos de poder son capaces de lo que sea. El orden socioeconómico mundial es un bien incalculable, y ni Europa ni los Estados Unidos están dispuestos a convertirse en un futuro en los de abajo. En eso están trabajando. Para eso echaron a andar el virus de la malicia, que es más nocivo que el de la influenza humana.



Por Válek Rendón

Nuestro cactus

Publicado originalmente el 30 de abril de 2009 aquí.


Lo que parece lastimarnos es a veces lo que nos salva. Como en un desierto los cactus, dañinos en apariencia, te dan agua y te alimentan. Y de igual forma, la llamada “influenza porcina” puede servir para reestructurar el sistema de salud mexicano y mundial.

De 6 mil millones de personas que hay en la Tierra, cada año unas 100 millones son arrastradas a la pobreza debido a los altos costos de la atención médica, según la Organización Mundial de la Salud –que no cuenta a quienes se mueren sin llegar siquiera a conocer a un médico–. Hace 31 años, en Kazajstán, los países miembros de la ONU se comprometieron a lograr la cobertura global de servicios sanitarios. Pura palabrería. ¿A quién le importa hablar de salud universal cuando tenemos Mercedes-Benz y Audis tan bonitos por las calles? Es porque no está in discutir lo importante, lo que nos mantiene vivos.

Al final, en este desierto, estamos solos. Después de los hijos, de los padres, hermanos, de la novia, del novio, esposa o esposo. Más allá de todo, estamos solos. Por eso somos personas separadas, individuos. Pero el raciocinio es un don escaso y hay que aprovecharlo para reconocer que, al mismo tiempo, hay situaciones imposibles de solucionar de forma solitaria, como son las relacionadas con la salud. De ahí la necesidad de garantizarle a todos, todos, la atención médica, tanto preventiva como hospitalaria.

Si por precaución he de ponerme el tapanariz en la soledad de la ciudad, lo haré sin rezongar, pero a la boca, a las ideas, ni el miedo ni la fatalidad debe bloquearlas, hasta que todas las personas, sin distinciones de nada, tengan acceso a servicios de salud de calidad. Tal vez ese objetivo sea lo que nos ayude a transitar por este desierto... tal vez ese sea nuestro cactus.



Foto de Marco Ugarte/AP. Imagen del viernes 24 de abril en el metro de la ciudad de México.

Por Válek Rendón

Desarrollado y sexy

Publicado originalmente el 23 de abril de 2009 aquí.


Se abre la puerta del avión. Tiene la mano izquierda lastimada, lo llevan esposado y le pusieron un overol azul. Lo flanquean seis guardias de seguridad, pero él sonríe para los fotógrafos. Sus dientes contrastan con la negrura de su piel y de su situación. Parece no entender qué pasa. “Si eres encontrado culpable pasarás el resto de tu vida en la cárcel”, le informan. Entonces comprende y cambia la sonrisa por lágrimas incontenibles.

aaaAbdi Wali Abdulqadir Muse es un somalí de 15 años que fue trasladado a Nueva York el martes pasado para ser juzgado por piratería –la original, la marítima–. El 8 de abril, junto con otros tres somalíes, este corsario secuestró en el océano Índico un carguero de bandera estadounidense, el Maersk Alabama. Pidieron 2 millones de dólares para liberar el navío. Cuatro días después la US Navy los rodeó y, mientras negociaban el rescate con Abdi Wali, los francotiradores mataron a los otros tres piratas.

aaaPienso en el caso de este adolescente y lo asocio con las imágenes de niños somalíes víctimas de la hambruna. En Somalia el ingreso per cápita es de 600 dólares al año, ocupa la posición 190 según la CIA, de un total de 195 naciones. Tierra olvidada, devastada por la pobreza alimentaria. De ahí que en ese país muchos estén optando por el lucrativo negocio de secuestrar barcos. Pero Gran Bretaña, EU, Alemania, Italia y hasta China –maestros de la piratería moderna– tienen naves militares en la costa somalí para erradicar el mal.

aaaEs verdad que la carencia no justifica el afectar a otros, pero el mundo desarrollado y sexy sufre de Alzheimer: el Reino Unido se hizo rico con la piratería, saqueando las embarcaciones españolas repletas de lo que éstos a su vez robaban de América; los italianos exprimieron algunas regiones de África; los alemanes también; y los gringos le han robado la vida a millones mediante la explotación laboral. Se les olvidó que ellos para convertirse en gente "civilizada" hurtaron –y lo siguen haciendo– por todo el mundo sin control alguno.

aaa¿Quién es responsable por la pobreza en ese país africano? De 1884 a 1941, el 75 por ciento del territorio de Somalia fue una colonia italiana; el otro 25 por ciento fue colonizado por los británicos, desde 1884 hasta que Somalia logró su independencia en 1960. Italia y el Reino Unido se fueron sin pedir perdón. Mientras este niño somalí llora en un juzgado de EU, uno no hace sino pensar que en lugar de pelear por eliminar la piratería somalí, el mundo rico debería empezar por reparar los daños que le han hecho a los habitantes de Somalia. Quizá, si ya lo hubieran hecho, Abdi Wali en lugar de ser un pirata sería un habitante más de un país desarrollado y sexy.


Los otros piratas…
A los de The Pirate Bay (da clic aquí para ver el artículo), la corte de Estocolmo resolvió meterlos un año al bote y deben pagar una multa de tres millones y medio de dólares.
Foto de Manoocher Deghati/AFP/Getty Images. Víctimas de la hambruna en Somalia, 1993.

Por Válek Rendón

Si hubiéramos sabido

Publicado originalmente el 16 de abril de 2009 aquí.


Hace muchos años, allá por abril del 2009, un estudio del Banco Mundial advirtió que, de continuar el cambio climático, el 85% de la agricultura mexicana desaparecería. Como todos sabemos, sucedió. Buena parte de la biodiversidad del país murió también. Esos dos o tres grados centígrados de más nos cambiaron la vida para siempre, e hicimos muy poco por evitarlo.

Recuerdo con claridad que, unas semanas antes de publicarse aquella investigación reveladora y poco atendida, una organización no gubernamental convocó a no utilizar cualquier tipo de energía contaminante durante 60 minutos un sábado. Era algo meramente simbólico, es verdad, pero desde ahí pudimos constatar cuán concientes estaban las personas de los efectos del cambio climático. Muy pocos participaron.

¿En qué ayuda que yo deje de utilizar energía contaminante por una hora? Escuché decir muchas veces por aquella lejana época a mis vecinos de entonces, los alemanes. Ni siquiera en el mal llamado "primer mundo" se interesaban. Y así se fueron uniendo las personas medianas de todo el planeta, una a una sumándose a la inacción, a la irresponsabilidad. Con la certeza de que son incapaces de hacer nada por nada.

Si yo tuviera la oportunidad, regresaría en el tiempo, y haría mi parte para intentar –aunque sea intentar– que más y más personas comprendieran que nuestro estilo de vida está destruyendo la vida de verdad. Si tan solo hubiéramos sabido en aquel abril del 2009.


Foto de 20minutos.es. Una campesina mexicana cosechando.
Por Válek Rendón

Día de campo

Publicado originalmente el 9 de abril de 2009 aquí.


Entonces, miles y miles murieron. A veces el cielo se cae sobre las personas sin que entendamos todavía las razones ni los verdaderos efectos. Otros muchos, también entonces, comenzaron a vivir en la calle o en camiones. El hombre les platicaba lo anterior sobre el terremoto de 1985 en México, sus interlocutores lo miraron afligidos, como sintiendo la dificultad y el dolor de las víctimas. Eso fue el sábado pasado por la noche.

Para el lunes, como si fuera cosa de invocación o de artes ocultas, un terremoto de 6.3 grados en la escala de Richter mató –según se sabe hasta hoy– 283 personas en la zona central de Italia. A los miles de sobrevivientes les queda la desolación de perderlo todo y tres preguntas sin respuesta real: por qué en ese momento, por qué a esas personas, por qué en ese lugar.

Entonces, sonriente, sale un tal Silvio Berlusconi –el Carlos Slim de Italia pero con más poder porque es también el gobernante de ese país– y declara: Las víctimas del terremoto deberían ver esto como un fin de semana de campo, tienen todo lo que necesitan, medicinas y comida caliente. Ah qué Silvio, camina tranquilo sobre el agua mientras algunos entierran al familiar muerto.

En México, cuando el temblor del 85 estaba en su apogeo e intentábamos escapar de la casa, uno de mis hermanos se enredó con el cable del teléfono, tuvieron que cortar el inoportuno alambre para liberarlo. Funcionó a la perfección y, por ello, estoy pensando en mandar las mismas tijeras a Italia para que también ellos se libren, pero de su brillante Primer Ministro.

Quien no lo ha vivido no sabe, imagínate juntar los cuerpos de las víctimas de un terremoto, dijo el mismo hombre que hablaba del cielo en el suelo dos días antes del sismo en Italia. Y, en definitiva, el tal Silvio no sabe ni imagina nada. Un terremoto es todo, menos un día de campo.


El récord...
A la lista de oportunistas hay que agregar a quien se lleva el récord, Diana Patricia González Soto. A las 11:54 tomó protesta como diputada local en Coahuila y 26 minutos después pidió licencia… quiere ser diputada federal.
Foto de Reuters. Sobrevivientes del terremoto en L´Aquila, Italia
Por Válek Rendón

Oportunistas

Publicado originalmente el 2 de abril de 2009 aquí.


"Pues ojalá puedas agarrar un hueso", dice mucha gente para referirse al éxito laboral. Como si fuéramos perros. Y quizá de ahí viene la expresión porque, de acuerdo a sus acciones, mucha gente sí podría considerarse más cercana al comportamiento canino que al humano.

Gabriela Cuevas, hasta hace dos días delegada en Miguel Hidalgo, botó la encomienda para la cual la eligieron los habitantes de esta demarcación en el Distrito Federal. ¿Y por qué? Pues porque ahora quiere ser diputada federal. Una oportunista más sin vocación de servicio público. Nada más.

Y de esos abundan. Carlos Hermosillo, el grandote de Cerro Azul, es otro –ahora entiendo por qué aquel portero de apellido Comizzo le abrió la cabeza de una patada–. Tomó protesta como Director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) hace poco más de dos años y la intención era que, siendo él deportista, estuviera en el cargo seis años y transformara al deporte mexicano. Los abrazos y las pláticas sobre el futuro del deporte en México del 6 de diciembre del 2006 pueden ya echarse a la basura, también renunció hace dos días para buscar ser diputado federal. Otros dos años perdidos para el deporte mexicano por la falta de compromiso.

¿Otro ejemplo? Ana Guevara. Dejó el Instituto del Deporte del Distrito Federal para intentar ser delegada en Miguel Hidalgo. Va veloz tras su hueso.

Debería existir una ley sobre esto. Que los funcionarios públicos, a la hora de jurar el cargo, firmaran lo que van a hacer durante su mandato, y de no cumplirlo en cierto tiempo, a la calle y sin derecho a buscar otro puesto público en por lo menos un año –pues está probada su ineficacia–. La falta de mecanismos legales provoca que estemos llenos de oportunistas, servidores públicos a los que no les interesa servir al pueblo. Ellos lo único que quieren, lo que añoran... es un hueso.


Foto de Allsport UK /Allsport. Carlos Hermosillo vistiendo la camiseta de la Selección Nacional de México.
Por Válek Rendón

Justicia ajena

Publicado originalmente el 26 de marzo aquí.


Taiwán, un país mucho más joven que México, hoy está llevando a juicio a uno de sus ex presidentes por incurrir en crímenes que lo podrían llevar a pasar el resto de su vida en la cárcel. ¿Y en México qué hacemos con nuestros ex gobernantes corruptos?

Chen Shui-bian, quien gobernó del 2000 al 2008 la isla asiática, está acusado de corrupción y lavado de dinero. Que le robó unos 3 milloncitos de dólares a sus gobernados y aceptó otros 9 para facilitar contratos con empresas inmobiliarias, dicen los que lo acusan.

Si es cierto o no ya lo probará la justicia taiwanesa, pero me llama la atención que en otros lugares sí es posible enjuiciar a los ex gobernantes, y en México todos cierran los ojos, sonríen y esperan hasta que, o se le olvide a la gente, o se muera el implicado.

Ahí está Vicente Fox, que hace un par de semanas anunció la construcción de su hotel de cinco estrellas, “lo más moderno de lo moderno”, como definió el ex presidente a su proyecto. ¿De dónde han salido los más de 250 millones de pesos que hasta ahora ha invertido en su mentado Centro Fox? El propio ex habitante de Los Pinos dice que son donaciones de 3 mil personas. Sí, ajá. ¿De dónde van a salir los pesos para el hotel? Cínico.

Nuestro lamentable ex presidente, a la luz de todos y con descaro, favoreció a los hijos de su esposa con contratos públicos y aceptó un Jeep Wrangler de “regalo” mientras era el mandatario del país. Eso, en términos judiciales, se llama tráfico de influencias y soborno. Y para reconstruir su rancho como lo hizo –según lo presumieron hace mucho en una revista de esnobismo– Fox tuvo que haberse guardado muchos más millones públicos de los que según se robó el ex presidente taiwanés.

Y nuestro ex gobernante ahí sigue. Caminando por la calle y planeando cómo se va a gastar el dinero que le robó al país. Así es la justicia mexicana, que obliga a su pueblo a conformarse con juicios ajenos, lejanos.



Foto de Reuters. Chen Shui-bian, ex presidente de Taiwán.
Por Válek Rendón

En otro espacio, en otro tiempo

Publicado originalmente el 11 de marzo de 2009 aquí.


Las sociedades y los gobiernos, de todo el mundo, por un lado condenan el asesinato, pero por el otro lo respaldan. La dualidad parece ser naturaleza humana, el doble discurso es perfecto cuando nos conviene.

La historia de terror del adolescente alemán de 17 años que hoy mató a 16 personas e hirió a otras tantas en una escuela al sur de Alemania me hizo recordar a Stephen Glass, un periodista que de 1995 a 1998 inventó, parcial o totalmente, 27 historias publicadas en la entonces prestigiosa revista estadounidense The New Republic.

Glass fue descubierto y, por faltar al principio más básico del periodismo, lo despidieron –obviamente–. Un crítico comentó: la ironía de esto es que en un universo paralelo me puedo imaginar a Stephen Glass como un novelista reconocido, exitoso y hasta respetado, porque es buen escritor de ficción.

Lo mismo con este adolescente asesino que hoy también está muerto. En un mundo paralelo, bizarro, me lo puedo imaginar peleando por el ejército alemán en Afganistán, matando 16 talibanes en lugar de 16 estudiantes y académicos, recibiendo medallas de honor y devuelto como héroe de la guerra. Sólo que la cultura del asesinato tiene sus matices y, en este mundo, su crimen es imperdonable.

Está claro que no es lo mismo matar gente inocente que a otros asesinos como son los talibanes, pero lo cuestionable es la cultura del homicidio como recurso en la vida, la cual es alentada por los gobiernos y las sociedades de todo el mundo con sus fuerzas armadas, que en lugar de poner ejemplo, se van a las manos y a los balazos con quienes piensan diferente a ellos.

Tal vez sea verdad que todo depende del contexto, quizá este niño psicópata, en otro espacio, en otro tiempo, hubiera sido un militar ejemplar del ejército alemán.



Para resaltar…
En México matan 1000 personas en 57 días y es normal, en Alemania matan a 16 en un día y es indignación mundial.
Foto de AP. Fuerzas especiales alemanas afuera de la escuela donde ocurrió la masacre, en Winnenden.
Por Válek Rendón