Nueva generación de políticos
- Editorial del no. 27 de la revista Nuestro Quehacer sin políticos
A pocos días del aniversario luctuoso de Sigmund Freud, creador del psicoanálisis, vale la pena recordar que parte de su teoría afirma que las personas definen su personalidad desde el nacimiento hasta los siete años de edad, después, todo acto humano es un reflejo aprendido en ese intervalo.
Muchos políticos mexicanos, para decir lo que ya se sabe, son deshonestos y su modo de vida está basado en técnicas mafiosas. Esto significa que algo estamos haciendo mal en la educación de los niños, porque la Gordillo –según la idea de Freud-, no nació con esa ambición desmedida que le caracteriza, sino que su entorno la formó así.
Felipe Calderón tendrá que elegir en pocos días a los miembros de su gabinete, y si se rodea de gente con principios, con visión de servicio público y seguros de privilegiar siempre el bien común sobre el personal, su gobierno podría ser exitoso, situación que se antoja difícil por la calaña de la mayoría que lo rodea.
Lejos de eso, debemos empezar a pensar -todos- en las enseñanzas que le damos a los mexicanos de menor edad. Si la teoría del psicólogo alemán es cierta, estamos en posibilidad de que nuestros políticos sean honestos dentro de 20 años si procuramos infundar esta mentalidad en las niñas y niños de nuestro país.
Siempre se ha dicho que debemos planear a largo plazo, pero mientras llega esta nueva generación debemos observar que los políticos actuales cumplan con su trabajo con total transparencia, que aquellos que elija Calderón como cabezas institucionales sean hombres y mujeres que busquen ayudar a la sociedad y no el típico político afanado en conseguir prebendas y privilegios personales a través de los cargos gubernamentales.
Nuestro esmero quizá ya no debe enfocarse en cambiar a los adultos, lo mínimo que se pide es que se elijan verdaderos servidores públicos, pero donde sí tenemos que centrarnos es en esa nueva generación de políticos que, aunque sea indirectamente, desde hoy estamos educando.
Si lo hacemos de ese modo llegará el día en que los políticos egoístas sean los menos y los conscientes del entorno social dominen el escenario… pronto estará aquí esa nueva generación.
Hola! Considero que usted tiene razón, ya que la educación es la base de nuestro sistema y es a través de ella como podemos cambiar la política. Los vicios, como la corrupción, si bien son atacables a través de políticas públicas orientadas a su desaparición, también pueden atacarse por medio de la educación, en un plan enfocado a preservar la legalidad y los valores sociales (esto podría ponerse en marcha en la materia de Civismo en las primarias, por ejemplo).
ResponderBorrarSin embargo me parece que los individuos son egoístas per se, no quiero sonar pesimista pero comparto el dicho de Hobbes Homo homini lupus (el hombre es el lobo del hombre), peeero creo que con el fomento de valores y bases educativas sólidas, se puede lograr que se comprima ese egoísmo en beneficio de un sistema social.
Quiero aclarar que no pienso que ya nada tiene solución, al contrario, pero debemos ver el mismo tema desde distintas perspectivas para proponer soluciones viables.
En verdad espero que algún día los seres humanos dejen de ver lo material (su beneficio económico traducido en poder) como lo primordial.
P.D. Deberían escribir algo sobre la influencia de la TV en este asunto. Jiji